Una vivienda con vistas al mar en Sesimbra.
El terreno con un desnivel de 15 m y un umbral a la altura de la calle de acceso, supuso aquí un gran reto.
La solución invierte la tradicional distribución funcional de los espacios, estratificando el descenso en niveles sucesivos que se adaptan al terreno, al mismo tiempo que escalona la necesaria contención periférica.
Como resultado, un conjunto en el que todas las divisiones dan a una vista deslumbrante, integrándose en un entorno natural, a través del juego volumétrico y de los materiales.